04 junio 2011

Cierra Los Ojos y Avanza



Desde el avión se veían las nubes y a ratos el azúl del cielo se combinaba con lo verde del paisaje de la sobrevolada ciudad. Mi vuelo desde Conce a Viña lo musicaliza Arcede Fire. Mi temor mas grande es el de volar, pero con una buena dosis de pastillas y una mineral todo se calma. Es raro haber salido en un día asquerosamente lluvioso y ahora estar viendo un paisaje soleado, osea Viña ciudad bella, así como dice su eslogan.

El viaje lo hago para ver a mi Madre, a los 5 años mis padres se separaron, mi padre se quedó con mi custodia, mi madre lloro, mi madre se vino a viña por pega y ahora la visito una vez al mes, solo porque el juez lo dicto asi. No hay un motivo mas de por medio.

Soy Martin, medio geek, medio ñoño, medio depresivo y solo eso, al menos esa es mi bio que tengo en twitter. A mi lado hay un asiento vacio y en el del pasillo un tipo que no ha parado de ver la foto de él con unos niños, supongo que serán su familia. El tipo derrama lagrimas en la foto, me mira y se las seca, yo desvio mi mirada a la ventana, a través de ella ya se ven edificios y un poco de urbanidad, mientras que en el avion ya nos avisan que estamos a minutos de descender a la ciudad de Viña del Mar. Bebo un sorbo de cachantun para calmar mi maldito miedo a volar.

Ya en el aeropuerto, compre una cajatilla de Lucky Strike y trato de visualizar a mi vieja si es que esta por ahí. En eso mi celular suena, lo saco de mi mochila, una vieja mochila que tiene el parche de A Clockwork Orange, al mirar la pantalla de mi celular, era ella quien llamaba.
-¿Alo?
-Martin, hola, hijo estoy justo afuera del aeropuerto, por la entrada principal,chao- dijo con ternura-
-Okey- Respondí con indiferencia.

Cuando salía ahi estaba ella, pelo castaño largo, lentes de sol y vetida como si fuera la mas alta ejecutiva de la gran manzana, pero es solo una ejecutiva del BCI.
Al verme sonrió, me abrazo me dijo que ya estaba grande, pero yo no pesque mucho. Durante el trayecto en auto del aeropuerto a su casa me contaba sobre lo que habia planeado para mi visita, eran puras hueas para demostrar que es la madre perfecta y cariñosa, cosa que en realidad es solo una fachada ante sus amigas lo igual de perra que ella.

Ya en el auto, ella hablaba de como había remodelado su departamento.

-En el departamento ya esta lista tu pieza, asi dejas tus cosas al tiro ahi y nos vamos a dar algun paseo. - dijo ella mientras conducia y sonreia 

-...

Martin no dijo nada, los ritmos pegajosos de Cassius de Foals, le impidieron oir la mitad de lo que dijo su madre o quizas el no quiso seguir escuchando el resto.

Al llegar al departamento Martin bajo sus cosas y se encerro en el cuarto, el cual estaba tal como lo dejo hace un año atras, las mismas marcas de cigarro, las mimas cajas de pizza vacias y las latas de cerveza ordenadas en el marco de la ventana. En eso llegó mamá -Ya pues- interrumpio. Sube al auto y vamos a dar una vuelta. -dijo sonriendo.

Era una sonrisa falsa. -pense-. Tome mi mochila, que estaba en mi pieza y la seguí, me subi al auto, ella condujo mientras escuchabamos algo de Floyd, banda que siempre le gusto a mi viejo y que lo ame mas por enseñarme esas bandas que son eminensias del buen rock. Mi vieja llora, la cancion le debe recordar los viejos buenos tiempos junto a él. Cambia de cd, ella pone guns, banda que odio, pero a veces es buena compañia.

Estabamos en un lugar, no me sabia el nombre del restorant, ni menos su ubicacion, digamos que era un lugar donde madre e hijo trataban de ser uno, pero no podian. Ella hablaba de su buena vida, de un tal Javier con el que salia, pero consolandome a mi que siempre iba a ser su niñito, cosa que me daba lo mismo, en esos momentos.

El resto del día la pasamos en el mall, la acompañe a comprar unas cosas, despues ella me obligo a comprar algo, creo que lo hacia por la culpa que sentia por habernos dejado a mi padre y a mi, aunque nunca se lo he dicho y tampoco pienso en decircelo, debe ser duro que tu propio hijo te diga algo así, ni a mi peor enemigo le desearía esa suerte.

Al estar en la casa un taza de té llacía en mi escritorio mientras que dibujaba algo en la crockera, en la cual el ultimo dibujo que habia hecho habia sido hace ya dos años atras, la crockera la tenia en el departamento en el cual vivía con mi padre, en el dibujo estaba mi madre, pero sin rostro, solo una interrogacion lo remplazaba, mientras que a su lado, fuego, caos y yo viendo esto desde arriba. Saque la hoja y la queme, desde ese fuego me prendi un cigarrillo y arroje el papel en llamas por la ventana que daba con vista a la calle principal.

A la mañana siguiente en mi escritorio habia una nota de ella, avisando su ausencia durante el dia y que a la noche traeria algo rico para comer. Me bañe, tome cafe y me largue junto con mi crockera y la cajetilla de cigarros.

Caminé hacia cualquier lado, no tania nada que hacer y no conocía a nadie así que me daba igual todo. Termine sentado en una pequeña area verde que dividia una calle, a mi alrededor, autos, camionetas, y gente mirandome raro.

Dibujaba la extraña silueta de una chica atravez de una nieblina, pensaba como habria sido mi vida, si la tuision hubiesa estado en manos de mi madre en vez de mi padre. Llacia acostado mientras las nubes pasaban antes mi y el humo de mi cigarro se unia con ellas. Mi cigarro se consumia entre mis huesudos dedos, justo en el momento donde todo lo maravilloso se ve interumpido por la voz de un anciano gritando desde su auto.

-Niño, ¿estas bien?
-Si, claro
-¿Pero estas en medio de la calle? Eso no es sano
-Estoy bien y no se precupe, vayase a donde quiera que tenga ir
-Pero chiquillo, te puedo ayudar, no es sano hacer eso
-¿Dije que estaba sano? estoy sano caballero, siga su camino y yo seguire mirando las nubes

El anciano refufuño y se largo, al rato despues una radio patrulla con un carabinero obeso en su interior se estaciono al lado mio.
El gordo policia, me pregunto sobre mi, por que estaba en ese lugar y hasta si tenia problemas mentales, solo le conteste que era el unico lugar donde queria estar, su mirada se puso rara, era la misma mirada que ponia mi madre cuando la venia a ver de pequeño, una mirada de extrañesa, casi como si fueras un desconocido. Por ultimo el carabinero balbuceo algo de que saliera de ahi, me puse de pie, encendi un cigarro y camine, hasta que la patrulla fuera solo un punto borroso en el paisaje.

Camine sin dirección, pero aún estaba en la urbanidad de la ciudad, soló que alejado del departmento de mi madre. Estaba en una plaza, un lugar tipico en mi, un lugar al cual siempre es bueno ir. Si estas deprimido y vas a una plaza, siempre saldras de ahi con una sonrisa, me gusta pensar que es por las energias que dejan ahí los niños que juegan en ese lugar.

Me sente en los culumpios esperando que alguna idea surgiera, un escrito o un dibujo, cualquier cosa que me haga despegar de la realidad e ir a donde solo van aquellas personas que son simples viajeros del infinito, de esta manera podria olvidarme de todo y de todos.

Al pasar unos minutos y tener aún la hoja en blanco, Martin decidio caminar de regreso al departamento de su madre. Ella aun no llegaba y eran apenas las 2 de la tarde. Martin bajo a comprar al minimarket que estaba al frente del edificio, este compro un paquete de papas y decidio caminar por los alrededores del edificio. Luego de dar una vuelta Martin regresaba fumando un cigarrillo, este se consumia lentamente con cada paso que daba Martin, pero al estar a una cuadra de distancia del edificio Martin se detuvo y miro con atención.

Su rostro me parece mas que familiar, sus ojos son como los que ya habia soñado y sus labios son iguales a ..... ¡Claudia!. La chica que se encontraba en la vereda del frente volteo, ella al ver a Martin se sorprendio, lo cual hizo que corriera hacia él.
Claudia y Martin fueron algo asi como novios cuando cursaban 7° basico, todo termino mal luego del paseo de ese año, Claudia no volvio a ver a Martin y el no volvio a pensar en ella.

Se miraron por un momento tratando de buscar en sus corazones y dentro del otro, para saber el por que este encuentro. Martin fue el primero en rendirse y la saludo. Era como reencontrarse con su adolescencia, si bien el recuerdo de Claudia se penso borrado, ella siempre estubo oculta en alguna esquina de la cabeza de Martin. Para Claudia no fue distinto, borro a Martin, pero su nombre seguía en su mente, así como una lapida dentro de su mente.
Luego de saludarse ambos se contaron el porque estaban ahi, Martin conto lo de sus padres y Claudia dijo que estaba en ese lugar porque sus padres murieron hace 2 años y ahora vivia con una tia abuela en el centro de Viña.

Luego de cigarros, lagrimas y recuerdos ambos se despidieron, pero con el recuerdo del otro mas vivo que nunca, se dieron numeros y direccion de emails, el estar juntos como amigos asi como lo estubieron en basica les ayudo, Martin comprendia que el odio a su Madre podria estar bien pero no su indeferencia y Claudia apaciguó un poco la muerte de sus padres gracias a los estupidos chistes de Martin durante este mini reencuentro.

Al llegar a casa y por el resto de los dias que quedaban Martin no fue indiferente con su madre aunque aveces no podia seguir odiandola. Los ultimos dias fueron maternales, acostados ambos viendo peliculas y comiendo dulces y pizza. La despedida fue triste para la madre, ya que desde hace mucho tiempo que no la pasaba así de feliz con Martin y el sintió lo mismo al momento de subir al vuelo que lo llevaria de regreso a su padre y la ciudad de Concepción

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