Ella era un sueño recurrente dentro de mi cabeza. Lo veía como
imposible tratar de no olvidarme de ella. Ella es una de las pocas cosas que
atesoro de toda mi infancia. Sus ojos de gato, su rostro blanco y con una
tierna carita de rata, así era ella. Rara como ella sola y especial como
ninguna, Francisca, si ese era su nombre como no olvidarlo si en esos años
nunca había conocido a alguien con aquel nombre.
-Ya llegamos.- mi
padre paro el auto y por el retrovisor me miraba y tenia esa mirada de desaprobación
que marcaba cada uno de nuestros encuentros.
Me baje pesque mi
mochila y la melódica y baje del auto. Estábamos en unas cabañas. Con mi viejo
no nos vemos mucho, el trabaja y viaja entre Chile y Argentina y yo por mi
parte me quedo con mis abuelos, ya que mis padres se separaron y mi madre con
mis hermanas viven a la cresta del mundo en Antofagasta y mientras que yo me
quedo aquí, en Conce.
-Ya pues! mueve
las patas y ayúdame a entrar las cosas a la cabaña. Mi padre interrumpe
gritando y como consecuencia se me suelta el mp3 y cae junto a un árbol
Al acercarme al árbol,
una explosión tipo big bang hizo Boom en mi cabeza, acto seguido, todos los
recuerdos de mi infancia surgieron y comenzaron a rebotar en mi cabeza.
Recuerdos cuando éramos una familia o al menos eso parecía, da igual, la gracia
es que estábamos todos juntos y no dispersos como los polvos de los dientes de león
al soplarlos. Cerca de donde estaba mi mp3, yacía una muñequera negra, que
tenia el logo de una vieja serie, la tome y la guarde en mi bolsillo y me
marche a la cabaña.
Una vez dentro de
la cabaña. No se si fue el olor a humedad o que, pero fue exactamente como la
mejor jalada de mi vida, los recuerdos afloraron, escuchaba las risas de mis
primos y veía a mis viejos juntos, tal como si fueran un par de veinteañeros
enamorado, pero como después de la mejor jalada viene lo peor, en este caso fue
la palmada de mi viejo en un intento de dárselas de mejor amigo o alguna cosa
del tipo amistosa. Le hice el quite moviendo el hombro y el huevon quedo ahí
con cara de nada. En la pieza que me tocaba deje mis huevadas, que era una
mochila y la melódica. La pieza era chica, tenia 3 camas, una litera y otra que
salía desde abajo de la otra cama. Las paredes las cubrían frases de baño público,
rayados de micro e emails de algún desesperado. Menos mal nunca fui uno de
ellos.
Me puse mis audífonos,
aunque no escuchaba nada, pesque mi melódica y me fui. Mi viejo me hablo, me
dijo que me quedara almorzar, lo mande a la chucha con indiferencia y
simplemente no pesque. Fui a caminar, a tratar de recordar y comprender porque
simplemente mi infancia no se estanco en el momento en que la conocí. Filo,
saque mi Melódica y me puse a tocar, fueron sonidos atrapantes e incoherentes,
pero al fin y al cavo cumplía con el objetivo de llevarme a otro sitio y a otra
época donde se podría respirar felicidad y tranquilidad absoluta. Era tal mi
tranquilidad y mi ajena relación con el mundo que en aquel momento no note que había
alguien oyendo los extraños sonidos que emitía mi melódica.
Desde donde me
encontraba era un viejo campo de juegos, estaba sentado en los columpios
balaceándome y pensando como tratar de alcanzar el cielo o tratar de
volar tan alto que me alejen de lo actual y lo real. Salta de aquel columpio
con la misma energía que lo habría hecho un niño de 5 años, pero la vitalidad
era la de un persona con una esperanza de vida no mayor a los 2 meses.
Al bajar del
columpio y alejarme de aquel sitio, recién ahí pude notar que había alguien,
una chica. Ella estaba sentada en el sube y baja, pero solo se podía ver
su cabellos largo y ondulado, y solo un poco de su camisa que creo era celeste.
Me aleje, pero me quede pensando ella, como si fuera la canción que acababa de
descubrir luego de una larga lista de canción que ya creía conocer.
Luego de aquello
venia el almuerzo familiar con mi padre. Siempre esos almuerzos terminan mal,
todos terminan hablando de lo que ahora hace mi vieja y de porque ella perdió
el interés en el, y yo diciéndole las verdades a la cara mientras el come y
come hasta que se enoja y todo termina.
-Haz hablado con
tu madre? - Interrumpe el silencio mientras bebe un vaso de agua
-Si, esta bien. La
otra semana se casa por el civil y me mando plata para que fuera a verla
¿Sabias?
-Si, algo supe,
pero no sabía que irías
-No se si voy...
Me sentiría mal si no vas tú. -Dije con ironía mientras soltaba una mueca
mientras comía.
-....
El viejo se enojo,
corto el tema, comió apurado y se fue.-Lava la loza cuando termines de comer y
si sales cierra la puerta-
Se levanto y tiro
el plato en el lava platos, cuando se iba a costar sentía que tenia que
terminar la conversación y en el momento justo se me ocurre gritar.
-¡Pico si no te invitaron,
igual iré, al menos si no estas tu, mama podrá estar mas feliz que la chucha!-
El se dio vuelta
me miro y me repitió -Lava los platos luego ahuonado-
Deje los platos húmedos
en el lava platos y salí. En mi mano tenia el MP3 y nada mas. El lugar en
si no había cambiado, seguían viniendo familias, estaban siempre los mismos
personajes. Tipos que jugaban a la pelota, papas enseñando a sus hijos a nadar,
mamas durmiendo y dejando a las guaguas solas, niños chicos tratando de demostrar
que son mejores que otros niños chicos. Mis veranos acá eran siempre igual no
encajaba, siempre venia con la idea de hacer un amigo nuevo, pero esa idea es
esfumaba al primer o segundo día de estar aquí. Camine por todo el lugar, solo
para salir de este y respirar otro aire al menos, así estaría mas lejos de mi
padre.
Caminaba y me sentía
libre, al menos así me hacia sentir el viejo camino de tierra y rodeado de
arboles que había afuera del lugar. Todo era como cuando era niño, me
equilibraba sobre los troncos de los arboles que habían en el suelo a la espera
de que mis abuelos me tomaran de la mano, solo para que no me cayera.
Estaba en eso
cuando vi a esa niña de nuevo. Estúpidamente tropecé y caí a un hoyo que se
encontraba al lado del tronco. Ella era hermosa, piel blanca y una sonrisa en
el rostro, su pelo era largo y ondulado y lo tenia hacia atas, lo cual hacia
que su rostro resaltara mucho mas. Ella caminaba a metros de mi y mientras yo ponía
cara de idiota por verla, ella sonrió, pero nunca miro hacia mi, hasta que después
de pasar por al frente mío se volteo hacia mi y mantuvo la sonrisa. Mi cabeza
se inundo de ideas y me quede casi 15 segundos pensando en ellas, desperté de
aquel trance cuando sonó Downfall Of Us All de A Day to Remember. Mi idea era
ir hacia afuera del recinto y no se, esperar y esperar, pero me arrepentí y decidí
volver, no se quizás sentarme en los viejos y oxidados juegos y tratar de
escribir una canción o alguna cosa dentro de mi cabeza, pero otra vez cambie de
opinión, tome el camino opuesto, el cual llegaba hacia un viejo fuerte, al cual
siempre iba con mi abuelo y el me contaba sus recuerdos y anécdotas, lo cual me
hacia sentir como un explorador descubriendo los tesoros de a lo que llamamos
memoria.
Me senté en las
viejas y destruidas escaleras del fuerte y como siempre me puse hablar en voz
alta y a conversar conmigo mismo, esa era la única forma sana de desahogo que podía
encontrar.
-No se en que
mierda de momento pase a ser así
-¿así como?
-Así por huevon,
como yo, un loco triste, solitario, con una mala suerte que solo yo puedo tener
y además con un karma inverso
-Por que lo del
karma?
-Puta siempre que
hago algo bueno, me pasan cosas malas y cuando hago algo malo, me pasan cosa
mucho peores.
-¿Y que huevada
mala te paso últimamente?
-Puta el otro día
un tipo estaba tocando violín en el centro, de buena onda le di $100 y cuando
voy a tomar la micro para irme donde mis abuelos, me faltaban justo los 100 que
le di al tipo.
-Ya... eso podría
entrar como algo malo, pero no es pa tanto, a todos algunas vez le ha pasado
eso
-Hace mucho cuando
da lente mío vi como un pendejo asaltaba a una señora, lo mas bien con una
patada lo dejo botado y listo, pero no hice nada. Días después me asaltaron y
me quitaron el mp3
-Ya eso si podría
ser mala suerte
-¡Mala suerte mis
cocos huevon! Siempre mi vida a sido así, por la misma razón estoy solo, nadie
quiere ser el puto paño de lagrimas de alguien como yo
-Pero que más te
ha pasado
-Todo, trato de
ser buena onda y nada, me convierto en todo blanco de burlas de todos y esa
huevada va desde que era un niño. Aun recuerdo cuando todos en el puto jardín
jugando a que erar Power Rengers y uno solo en la mesa dibujando. Esa huevada siguió
siempre, con los años hasta ni mi familia quiso estar cerca
-¿Y los abuelos?
-Los abuelos son
lo mejor, los quiero ene, pero no entenderían ni uno de los dramas.
-Bueno, tal vez.
¿Y que onda con tu madre?
-Nada, con mi
vieja, buena onda, la quiero y todo, pero, la quiero solo por el hecho de que
esta lejos y por que es mi madre. Y no me preguntes de mi viejo, ese tipo nunca
lo considere mi padre, ¿o caso un padre te dice "anda a lavarte el
brazo" cuando lo tienes cubierto de sangre? Un padre normal te pregunta o
te reta no te dice semejante huevada. La cosa sencillamente es que ya nada es
igual, pero aun así, lo es. Nada es igual porque "mi familia" se fue
al carajo, pero sigue siendo igual, porque yo sigo siendo el mismo.
-Este bien, no
cambies
-Ya he cambiado
mucho, he sido un maldito camaleón durante toda mi vida a ver si me adapto a
algo, pero no, solo me he podido adapar a sus burlas, puños y toda esa
fucking bullshit
-¿Listo? ¿Ese fue
todo el desahogo?
-Si al menos tú
escuchas
-Esta bien que no
cambies, el mundo esta tu contra y todo eso, pero deja de llorar por una vez y
al menos, reprime todo eso y escribe, dibuja, pinta o lo que sea
-Pero si ya hago
eso
-Puta entonces,
solo nos queda esperar a que todo este bien y el pasado se olvide
-Creo que eso
seria lo más adecuado. Gracias
Me fui y camine
hacia las cabañas nuevamente. Fui hasta los columpios y estaba aquella chica,
me senté a su lado, sin miedo, aunque por dentro temblaba como nunca antes lo había
hecho. Me balancee un momento y solté una risa, con fuerzas y
extrovertividad de no se donde le hable
-Ho..¡Hola!
-Hola- Dijo
sonriendo
-Y.. ¿Como estas?
-Bien
-Eh ¿Como te
llamas?
-…
-Me llamo Sebastián
-Clara- Dijo ella
sonriendo hacia el horizonte. No sabía si me prestaba atención o solo respondía
por responder. Ver sus ojos casi inexpresivos, pero a la vez capaz de cautivar
a cualquiera que los viese era intrigante. No sabia de que hablarle, lo que mas
odio de mi yo actual, es mi mísera capacidad de hablar frente al sexo opuesto y
cuando niño no era si -Quizás porque eras niño todo era un juego y nunca lo
tomaste en serio- Respondía mi cabeza entre mis pensamientos.
-Y no se, te gusta
la música o algo?
-Si, me gusta o
sea ¿A quien no le puede gustar la música?
-Risas-
-¿Estabas tocando melódica
el otro día?
-Si. ¿Me
escuchaste?
-Si, eran, raros
los sonidos
-¿No te gustaron?
-Es que eran raros,
eso es todo
-Ahh y que onda, ¿Que
música escuchas entonces? -La peor pregunta que pude haber hecho en ese momento-.
-Los smashing
pumpkins, nirvana, inti llimani. Me gusta mas el folk o cosas así como trovas,
mas que la música mas "ruidosa"
-Yo igual escucho
nirvana y los samshing, ósea igual a mi me gusta uno que otro cantante trova,
pero escucho mas la música ruidosa.
El silencio después
de mi ultima frase fue sacro, me sentía incomodo y raro. Sabia que no iba
funcionar nada con ella, así que me aleje en silencio.
Los días avanzaron
y al menos cada día podía verla y si me atrevía le habla. Hablábamos poco, 15 minutos
o a lo mas media hora, pero el asunto es que lo hacíamos. En esa semana supe al
menos que leía mucho y estaba estudiando Derecho, también supe que era de
Parral y que le gustaban mucho los animales en especial los gatos. Lo último
que hablamos fue sobre el arte, ella pintaba y escribía aparte de tocar muchos
instrumentos, pero no le gustaba mostrar mucho su arte. Amablemente le digo
riendo -Quizás algún día me muestres una de tus canciones o dibujos o
escritos-. A lo que ella responde muy casi en tono burlesco -No creo, no se los
muestro a nadie- Me sentí un poco mal con esa respuesta y al día siguiente solo
nos miramos y sonreímos
. Dentro mío surgían sentimientos emociones hacia ella, sentía que
ella podía ser la indicada, pero necesitaba conocerla mas.
Era ya domingo, día
en que mi partida era anunciada. Ella jugaba frente a mí con uno de sus
hermanos. Me acerque lento, pero un poco mas seguro que las veces anteriores,
pero aun así con un nerviosismo típico de mi.
-Hey! Me venia a
despedir. Me voy ahora y eso
-Bueno. Que tengas
buen viaje
-Lo ultimo que quería
decirte era que me gusto mucho esta semana hablar contigo y no se conocerte y
todo eso, tal vez cuando regreses a Conce podríamos juntarnos o algo así
-No se, no creo
que pueda
-Por que no?- Insistí
-Es que no se. No
eres el tipo de personas que me agraden mucho que digamos.
-Ahh
-Sorry
-No este bien, sin
dramas, no te preocupes.
Ella sonrió y yo me aleje de ella haciéndole señas con la mano. Me
subí al auto y mi viejo dijo -Te cagaron de nuevo ¿Cierto? -Seba, el problema
contigo es que era muy ahuvonado. Voh creí que por la conociste en una "mágica
situación" la mina te va a pescar. No po’ huevon, si las minas no son nada
huevonas pa pescar a huevones como tu... - No quise escuchar mas todo lo que decía
ese concha de su madre. Sabia era cierto, pero al menos mi cabeza decía lo
contrario -Filo, esta bien, la mina fue la concha de su madre calienta
sopa, pero filo, al menos hoy descubrimos que puedes, si te atreves, puedes
hablarle a una desconocida, tal cual como cuando eras niño- Después de escuchar
eso sonreí y volqué mi nariz al libro que estaba en mi mochila. Al menos
leyendo Policía del Karma, podría alejarme de toda este caos que las personas
titulan como "Etapas de la vida"
La raja el cuento :)
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