31 diciembre 2009

Rock & Blood Capitulo XX: El Frio y Desolado Encuentro-Despedida!



Me encontraba tendido en mi cama, quería poder estar con ella al igual como ella estuvo conmigo cuando comencé mi autodestrucción.



Decidí salir, me volví a colocar mis sucias converse y mis gafas junto con mi camisa cuadrille favorita, y en prendí rumbo hacia su departamento, todo el trayecto de mi casa hasta conce, mi subconsciente me inundo con imágenes sobre la muerte de Ignacia. Al momento de llegar me senté en el living, aun habían rastros de alguna fiesta o de algún intento de suicido. Botellas de cervezas vacías y miles de pastillas en el piso, la guitarra que me había regalado aun estaban ahí y a una botella aun le quedaba algo. Me senté en una esquina, tome un sorbo de la botella que había en el piso, encendí un cigarro que tenia en mi pantalón y comencé a tocar "Sappy". El cigarro justo se termino al momento de terminar la canción que coincidencia ¿No?



Cuando salía del edificio con rumbo a cualquier lado y con una ansiedad de elixir rojo acompañado de autodestrucción, sin darme cuanta llegue a la UdeC ya hacia mucho que no iba a clases reales ya que me presentaba a los exámenes solamente, pero cuando comencé con las pastillas congele Periodismo.



Compre una cajetilla en el quiosco y me senté en el pasto a fumarme un cigarro. Sin previo aviso de la nada apareció una chica rubia y pálida pidiéndome un cigarro y si se podía sentar a mi lado. Sin pensarlo le dije que si y ahí estábamos fumando un cigarro y sin decir nada, como si fuéramos dos estatuas. Todo eso se vio interrumpido por las palabras que salían de la boca de la chica. Esta dijo que se llamaba Francisca y me dijo que ella ya sabía mi nombre. Yo le pregunte ¿Como puedes Saber mi nombre si era primera vez que la veía?



-No es la primera ves que nos vemos yo también estudiaba Periodismo en la U pero me expulsaron de la carrera por golpear a un profesor. Yo me sentaba casi al final de las salas y te observaba, tú siempre dibujando o escuchando atentamente las clases que dictaban los profes.-



-Lo siento no te recuerdo nunca me relacione con nadie de la carrera con excepción del Rene-.



-Pero ahora lo estas haciendo de un cierto modo-. Contesto Francisca con una tierna sonrisa. Antes que me pudiera dar cuenta Francisca me había quitado las gafas y las tenía puestas y me dijo "No quiero que veas hacia mis ojos, ya que los ojos son los más representativo en el rostro de una persona, por que puede representar emociones y sentimientos solo en un instante".



Al terminar la frase esta se acerco y me beso en la mejilla, mientras me devolvía las gafas y se recostaba nuevamente en el pasto. Su beso me calmo me recosté igual, Francisca era de pelo castaño y largo, delgada, ojos medios verdes como de gato y pálida.



Esas características son las que mas me gustaban de ella. Era raro lo que pasaba con Francisca era raro, ya que ella me miraba hace tiempo y yo no la había visto eso era genial. Me sentía como algo importante o el centro de admiración de alguien, se que es soberbio pero es algo poco común en mi vida que alguien me observara y yo no lo notara. Pero bueno volviendo a Francisca cuando estábamos recostados le dije sin rodeos

- ¿Te parece si continuamos en algún Antro de mala muerte?-.

- Me parece, ¿que antro bueno conoces?-. Me pregunto de una forma un tanto sexy.

- Uno al que fui el otro día, Rock and Beer se llama, es un antro piola y con buena música-.

- Me convenciste cuando vi. Tus ojos sin las gafas-. Susurro ella y después sonrió.



Emprendimos camino al Rock and Beer no quedaba tan retirado de la UdeC, pero lo que teníamos que avanzar sirvió pera conocerla un poco mas, resulta que era una vaga, una persona sin futuro ni nada, lo único que poseía era un departamento cerca del centro, el cual era de una tía que se fue del país y se lo había dado a ella. Habíamos llegado al sucio Rock and Beer, y ese lugar solo fue el principio de una excelente Tarde-Noche.



Entramos al bar. Y nos sentamos en una mesa que estaba justo en una esquina. De fondo sonaba "Men in The Box" de Alice in Chains. Primero comenzamos con un par de cervezas las cueles alegraron la tarde. Mientras bebíamos ella me contaba la mala relación con sus padres y un poco de sus problemas mentales: estos eran depresión y paranoia principalmente, lo que la hacían una persona insegura e introvertida. También me confeso que desde los 12 o 13 años no podía vivir sin una dosis del elixir rojo, cuando escuche estas palabras: "Esto es algo que solo saben mis psiquiatras y una amiga, desde que tengo 12 se me es difícil vivir sin u poco de sangre corriendo por mi pálido brazo".



No pude evitar tomar su mano y decir "también me es difícil vivir sin un poco de eso, pero con pastillas y alcohol trato de reemplazarlo".



Cuando terminamos de beber cerveza ella me propuso ir a terminar la noche en su departamento el cual no quedaba tan retirado del Rock and Beer, ya que en su dpto. tenía un poco de ron y vodka y una cajetilla de cigarrillos, los cuales estaban haciendo falta. Ya habíamos llegado al departamento. El lugar era pequeño, tenia el colchón en el living, en ese mismo lugar tenía un escritorio y un PC, en la cocina había un mueble y un refrigerador; la cocina era más completa y normal que el living, no tenia piezas. Era grunge, “noventero” y listo para una sesión de alcohol, rock y algo mas.



Comenzamos a servirnos un poco de ron que quedaba, luego de tomarnos lo que quedaba en aquella botella, Francisca abrió una de vodka que tenía guardada. Apenas íbamos en la mitad cuando el ambiente comenzó a cambiar. Ella me comentaba todo: sus ataques de depresión, los cortes, la autodestrucción y todos sus ocultos secretos.



Ya sin alcohol y todo los secretos rebelados a la luz, me acerque y acaricie su mejilla, ella se comenzó a sonrojar levemente. Acto seguido de aquella caricia y de la alcoholizada Tarde-Noche, nos besamos. Mi mundo se paralizo, no podía creer lo acontecido. Pensaba en Ignacia a la cual la engañaba por segunda vez, pensaba en Samanta y su rostro empapado de lágrimas y lluvia cuando me despedí de ella en aquella tarde. No podía con esto era un maldito, un bastardo. Abandonaba a mis seres mas preciados mientras estos se autodestruyen por mi culpa.



Ya había tomado una decisión, esa noche con Francisca no llego a nada, cuando ella despertó encontró una nota en su escritorio diciendo que me iba y que no me buscara. "No quiero lastimar a nadie mas a si que por favor aléjate de mi. ¡Adiós!



De ese modo me despedí de ella. Ya no sabia que hacer las dudas abrumaba mi mente y el futuro de un final feliz era muy lejano y sombrío, ese 31 de Diciembre, decidí alejarme de todo, lo malo es que me quería alejar por el frió y crudo camino de la Autodestrucción.

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