30 julio 2010

Rock & Blood Capitulo XXV: Cenizas del Pasado


Mis días en Seattle han sido tranquilos, solo trabajo, converso con Isa y rara vez bebo. Ayer recibí noticias de René por FaceBook dice que ya están en clases y que todo está normal, le pregunte si había visto a Ignacia y me contesto que la vio en el Supermercado comprando algunas cosas, pero fue solo un "Hola y Adiós!".

Estas últimas semanas en pensado mucho en ella, dejaría estas tierras por ir a verla y estar de nuevo con ella. Por el contrario con Isa he sentido una conexión rara estos días como que me convertí en su mejor amigo "Gay" o algo así, ella puede estar en ropa interior delante mío o viceversa y ella no se opone solo se deja llevar, aparte que me habla mucho de temas de chicas y no se es raro, ya que, nunca fui el "mejor amigo" de alguna chica, excepto de Antonia.

Antonia o Anto como me gustaba llamarla, era mi vecina desde los 4 años, pasaba la mayor parte de mi infancia junto a ella, la recuerdo como una niña sonriente, de pelo largo y negro, ojos de avellana y una felicidad e inocencia infantil que le salía por los poros. Siempre jugábamos y éramos casi inseparables, fin de semana que podía me quedaba en su casa jugando Súper Nintendo o viendo algún VHS viejo y rallado.

Íbamos en colegios diferentes hasta 6º Básico donde ella se cambio a la escuela a la que yo asistía. Como era ubio me acerque al instante y me senté con ella, ya que era muy col tener a mi mejor amiga como compañera de curso pero esa felicidad duro poco, por que resulta que el idiota del curso comenzó a molestarme diciendo mariquita y cosas así, por la única razón de juntarme con la Anto.

Un año más tarde como era de esperarse ambos maduramos, en el físico sentido de la palabra, aun seguíamos siendo amigos y los mejores, pero este sería el último año de esa amistad. Todo comenzó a causa de algo raro entre nosotros; aun no me explico si fue algo de hormonas o algo de cariño.

Estábamos en el campo de su tío viendo un atardecer, luego de una tarde de correr, pedalear, saltar y conversar. Recuerdo que ella vestía una polera verde maga corta y unas bermudas ajustadas, mientras que yo, igual que siempre una polera de nirvana short y mis converse negras (nunca cambie de estilo de vestir). Conversábamos acerca del amor y esas cosas, ella me decía que quería mucho a alguien y que quera dar su primer beso con aquella persona, yo por mi parte me encontraba enamorado de otra chica del colegio pero ella iba en otro curso, nunca supe el nombre de aquella chica solo sabía que me gustaba. En ese momento la Antonia me miro y me dijo que me quería mas que a un hermano y me dio mi primer beso e igualmente el de ella.


Los días después de eso pasaron algo lentos, ya que nos habíamos o mejor dicho yo me sentí incomodo con el beso, la cosa es que al quinto día después de eso ella me vino a buscar a mi casa para invitarme a quedar a su casa ya que los papas no estaban y solo se había quedado con su hermana menor. Luego de que la hermana se durmiera conversamos acerca de lo ocurrido en el campo con ese atardecer de testigo y el viento como oyente.

-Ricardo sobre el otro día...

-Da lo mismo, no te preocupes.

-Me preocupo, porque tu eres el tipo que quiero y todo

Yo quede sin hablas, ella me abrazo y me beso la mejilla

-Anto.. Gracias me abriste los ojos y todo lo que nos conocemos es amor me gustas igual

2 meses después era todo lindo al estilo gringo me quedaba en su casa ella en la mía dormíamos juntos y todo hasta que un día nuestro castillo de cartas de corazones fue derrumbado por la Oz del verdugo y nos arruino el juego.

-Amor.. - Llega llorando a mi casa

-¿Qué pasa, Porque lloras?

Nos abrazamos y besamos, ella me dijo casi ahogándose "Me tengo que ir mi mama, le dieron trabajo en Inglaterra y me tendré que ir con ellos" En ese instantes nos besamos como nunca lo habíamos hecho fui con ella al aeropuerto y me despide de ella y de su familia, ese día llore como nunca lo había hecho y aquella noche fue mi primer acercamiento al maldito elixir rojo el cual ahora ya no es uno de mis amigos.

Es una de la historias mas trágicas que posee el perder a mi primer amor fue duro y desde ese día me convertí en el chico depresivo que suelo ser.




1 comentario:

  1. según yo... has madurado caleta en la escritura, no sé, está más compleja y mejor redacatada, me gusta este capítulo (:
    yo también quiero un amigo gay jajaja

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