Rock & Blood: Christmas Special

Era raro a estas altura ver a Ignacia despertar a mi lado, nunca una chica lo hiso, tal vez una o dos chicas ebrias pero bueno. El maldito sol de Diciembre nos hacia despertarnos temprano, lo único bueno de este jodido clima era poder ducharnos juntos, poder ver ese cuerpo pálido cubierto de espuma y agua, ver como las gotas rozaban sus senos y el poder sentir su cuerpo junto al mío.

Estábamos desayunando, eran las 8 de la mañana, a esta hora si tienes de 17 a 25 años duermes, excepto si eres universitario o eres una pareja de enamorados a la cual el sol los despierta.

-Igual, no hace tanto calor, no como en Santiago.- comentaba Ignacia mientras tostaba el pan

-Si, pero aunque suene pendejo, me gustaría pasar una navidad nevada, estilo gringo o londinense

-Prefiero la de Londres, ni ahí con USA

-jajajaja, pero una navidad contigo y sin mis padres es lo mejor que podría pasar.

-Bueno entonces tendremos que comprar un árbol y cosas

-De Acuerdo, solo para que esto sea como una Dreammer Christmas.

Luego de un desayuno normal, con te y tostadas partimos a buscar adornos y eso, por alguna razón nuestros depresivos rostros estaba felices no sabíamos si era por estas fechas o por estar juntos, suena mejor en todo caso decir que por navidad y fin de año es que estamos con una felicidad casi radiante

Nos internamos en Sodimac, Ignacia estaba cegada con eso de comprar un árbol de navidad pequeño. Por mi parte estaba como ni ahí con el asunto, solo lo hacia por amor a la chica y no a las fiestas.

En Sodimac era como el escenario de la segunda guerra; mares de gente, comprando y comprando, corriendo, niños desesperados gritando, madres que les disgustaban sus gritos y golpeaban a los pequeños. Cuando llegamos a donde supuestamente estaban los arboles el caos se había pasado, "la gente ya tiene sus arboles listo, por eso es que no debe transitar mucha por este pasillo" dijo Ignacia mientras caminábamos en busca de el árbol perfecto.

En lo personal me daba lo mismo la navidad, siempre la han catalogado con la época de paz y amor y siempre era la época donde más discutía con mis padres. Una vez cundo tenia 7 u 8 años de casualidad adivine uno de los regalos que mi viejo me tenia, el cual eran calcetas, mi viejo s enojo, creo que esa veces me quiso golpear, pero en ese entonces mi mamá era mi aliado y me defendió. Luego desde los 12 años solo fueron peleas y más peleas, por esa razón estas fechas me insensibilizan más de lo que soy y también me causan al mismo tiempo tristeza y odio.

"Andrés mira, este me gusta".- Grito Ignacia desde el otro lado del pasillo. Ignacia me mostro el árbol que quería llevar, era uno mediano perfecto para el departamento, no mostré mucho interés cuando Ignacia me lo enseño. La bipolaridad regresaba de apoco había pasado tiempo de que no me despertaba tan animado y fuera de calendo con el paso de las horas.

Caminábamos hacia Fraire, Ignacia quería adornos góticos o mejor dicho diferentes para el árbol, no me había hablado desde que me enseño el árbol.

-¿Cual es el recuerdo mas grato de una navidad? Le pregunte, para romper el hielo que yo mismo había generado.

-No lo sé, mis navidades siempre fueron horrible o al menos lo eran en mi adolescencia

-Pero, ¿Cuando eras niña?

-Ja ja ja, recuerdo una mis padres estaban juntos y yo era feliz, esa navidad me regalaron una bicicleta y demasiados peluches, creo que tenia 5 o 7 años, luego mis papas se separaron y tu ya sabes el resto.

Con estas cortas conversaciones me daba cuenta de que Ignacia fue y volvió a ser feliz, me gustaba verla feliz aunque solo fuera un disfraz de su lúgubre personalidad la cual me enamoraba y me anclaban a ella.

Volviendo a las compras Ignacia estaba cegada con comprar murciélagos, Jack Skellington y cosas totalmente anti-navidad, ya que como ella decía "la navidad no es algo que se establece sino que algo que nosotros mismo creamos y es así como nosotros las vemos". En cierta forma tenía razón, ¿Acaso si USA celebra su navidad con lindos colores y magia? Esta bien, pero si Ignacia y yo la queremos celebrar con murciélagos, darkness y cosas totalmente opuesta es tradición nuestra y nadie tenia el derecho de opinar.

Cuando llegamos a casa comenzamos con los adornos como era pequeño lo pusimos sobre una mesa. En vez de pelotas multicolores pusimos pequeños llaveros de Jack Skellington y en vez de guirnaldas doradas pusimos varios murciélagos. Como toque final colocamos un pequeño cráneo de plástico en la punta.

-Está hermoso.

-Si, verdad, me gustan los llaveros de Jack

-Están lindos.

Luego de armar el árbol me dormí, caí rendido y desperté con Ignacia al lado mío dormida igual.
En nuestra pequeña mesa había platos y todo, no estaba seguro si Ignacia tenía preparado algo, menos mal que esos pensamientos frenaron al escuchar el timbre y era un tipo de Telepizza, pizza la cual había ordenado Ignacia mientras yo dormía. Abrí la caja, corte la pizza y deje un trozo en cada plato, prepare el té y lo deje en la mesa. Me acerque lentamente y bese a Ignacia despertándola.

Reímos y comimos, no rezamos ni agradecimos, solo al tipo de la pizza el cual no se demoro mucho al traerla, esa era nuestra cena, perfecta a nuestro modo. Al momento de estar frente al árbol iluminado por un juego barato de luces blancas Ignacia me hizo la entrega de un pequeño libro el cual no tenía portada.

-Quiero que tengas esto es un pequeño Diario, se lo que te apasiona escribir y se que lo harás bien algún día veré tu nombre en alguna librería o en la presa roja, no sé cual me gustara mas

-Gracias de verdad.-Dije con las manos temblando mientras recibía el regalo.

No sabia que hacer, lo único que se me vino a la mente fueron unos versos que mostraban amor y ternura, los escribí en la primera pagina del diario y a su lado un dibujo de ambos, arranque la hoja y se la entregue

Ignacia lloro encima del dibujo, solo me abrazo, abrazo el cual duro por el resto de la noche de Navidad.

**Este capitulo se centra nastes de que Andres se largara a USA, cuando Ignacia y él estaba juntos para Navidad, un pqueño regalo, atrasado**