Ella venía pegada y con la mirada perdida por una noche que en la mañana tendrá consecuencias
Yo venía pegado de lo aburrido y cansado que estoy ya de la vida
Nuestras miradas a ratos se encontraban mientras el bus pasaban frente a Santa Lucia, La Moneda y
Estación Central
Yo ajeno a la realidad y pegado de la música que salía de mis audifones fui devuelto cuando ella me habló
Me preguntó sobre mis chapitas con una sonrisa de borracha tan encantadora como sus ojos verdes.
Yo con mi cara de tonto le respondía embobado por su rostro
Hablamos de música, de música y de música mientras la micro pasaba por la USACH, General Velazquez y la Teletón.
Yo veía mi paradero alejarse, pero sentía que esos segundos valían la pena por quedarme pegado en sus ojos y en su voz.
Yo por seguir hablándole habría seguido derecho, pero en Las Rejas era mi punto sin retorno. Ahora
que lo pienso cuando ella me dijo que venía pegada con mis chapitas yo pude haber respondido: yo venía pegado por tus ojos.
Quizás la falta de alcohol en el cuerpo no dejó que esas palabras salieran o quizás fue mi propio autocontrol. Al menos esa pequeña conversación sirvió para darle luz a una noche nublada y sin estrellas
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