Un daño más o menos a estas altura da un poco lo mismo. Lo malo es que al final todo se vuelve costumbre, todo se vuelve habitual o normal y simplemente ya no te sientes mal, sino que ya estas mal como un estado permanente. Pese que todo al final se siente permanente, sabes que eso no será así para toda la vida, al menos eso es lo que quieres creer y así no sentirte tan mal o al menos para así seguir soñando en que todo se solucionará, algún día, pero se solucionará.
Aun así te esfuerzas para salir de toda esa mierda que te consume y daña día a día, noche a noche, pero... al final eso queda ahí, en nada, en un vacío, en un limbo de los sueños muertos y rotos. Dañados.
A la larga así se siente todo, así me siento en todo, tratando de escapar, de refugiarme en proyectos inconclusos, pero que al final no ayudan o al menos no como me gustaría. Y bueno, ahí estamos, seguimos acá, aquí, tristes o no, pero estamos, eso es algo supongo, un indicio de que algo va a pasar, si no me mató un auto, un tren o un millón de decepciones de la vida misma, es por algo o al menos creo que puede ser por algo.
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