Rock & Blood Capitulo XVII: Alucinantemente Comenzaba La Autodestrucción

Tenia las cinco pastillas en mi mano derecha, mientras que en la izquierda tenia un baso de agua, en mis oídos oía la canción que me hacia pensar en Ignacia pero a la vez en Samanta esa canción era Miss Misery de Eliot Smith. Sin pensar mucho me tome las pastillas de una sola vez.


Las pastillas comenzaban a afectarme, mi mente se nublaba y sentía que me desvanecía de este mundo, por un momento entre en un sueño semi profundo y en el me vía a mi junto a Ignacia pero no era la "nueva" Ignacia, era mas bien la lúgubre y necromana de la que un día me enamore, sus manos sangraban pero esa sangre no era ni mía ni suya. Ella pasaba sus manos por mis labios y mi rostro, yo al parece disfrutaba toda esa sensación de sangre y muerte que me invadía en esa situación junto a Ignacia, o al menos es lo que podía apreciar en mi sueño, pero esa hermosa visión que presenciaba se desvaneció al ritmo del intro del "Come As Your Are" de Nirvana, el cual era el tono que tenia mi celular y como coincidencia era la misma Ignacia quien me estaba llamando

-¿Amor, estas bien?-

-Si un poco drogado por las putas drogas solamente.-

-Pero, nada mas ¿cierto?-

-Ignacia, no te preocupes estoy bien.-

-Que bueno porque pensaba que podrías venir a mi casa ya que hace tiempo que no estamos solos los 2.-

-De acuerdo estoy ahí en una hora.-


Luego de eso nos despedimos y me marche hacia su casa, como siempre mi madre estaba trabajando ni noto que me marchaba ni mucho menos que estaba drogado, mi hermana por otro lado estaba fuera junto a su pololo, hizo como que le importaba preguntándome donde iba, pero como tenia mis audífonos puestos no la escuche. Cuando ya casi llegaba a la casa de mi amada las pastillas comenzaron otra vez, recuerdo que baje del bus, tome un cigarrillo y me dirigí hacia su departamento, ese era el panorama físico de lo que pasaba pero el mental era completamente distinto.


Comencé viendo a la gente como sombras todo era sombras, el resto del mundo era un dibujo, parecía como si estuviera en una caricatura, pero yo me observaba en color, solo a los demás los veía blanco y negro y como si estuvieran dibujados, al momento de encontrarme frente a Ignacia observe mis manos estaban sangrando y susurrándole al oído le dije

-Amor, el rojo elíxir de mis manos nos es real ¿cierto?-

-No tienes nada, ¿de verdad estas bien?.- me pregunto ella preocupada

Eso es lo ultimo que oí de ella antes de caer desmayo y casi como despedida sonreí por ultima vez.


Cuando desperté Ignacia lloraba a mi lado, no sabia que decir al momento de abrir mis ojos, cuando ella me ve que estoy despierto, simplemte no aguate y me da una bofetada en mi mejilla junto con esto unas palabras que no he podido borrar ni por cuantas pastillas tome aun están ahí "Me lo prometiste... que no lo harías y aquí estas y yo como siempre llorando a tu lado, yo cambie para mejor, pero tu sigues siendo el idiota que para olvidar se tiene que ¡matar!"

-¿Matar?, a que te refieres.-

-¿Y aun lo preguntas?, Andrés te encontraron una sobredosis de pastillas dentro y según el medico un par de minutos mas tendríamos que estar en una jodida iglesia porque el jodido de mi novio estaría muerto.-


No sabia que había pasado exactamente pero las putas pastillas eran las culpables parece que "Pete" era mas fuerte que cualquier pastilla.

Ya no tenia cura en verdad quería morir, si iba a vivir el resto de mi vida gracias a pastillas las cuales me matarían en vida alejando a las personas que mas quiero como Ignacia ojala pudiera encontrar la cura para esto, por el momento tengo que conformarme tomando casi 10 pastillas distintas, 10 de las cuales 5 son suplementarias, ósea tendrían que estabilizar las 5 obligatorias para que así no caiga en coma nuevamente.


Era el ultimo día en el maldito Hospital cuando en mi cuarto aparece ella, si así es era Samanta y esta vez fue directa y me dijo "Aun recuerdo ese beso en ese atardecer"

entro para decirme eso y se largo no sabia que hacer con mi puta vida ahora, nada tenia sentido era todo confuso solo quería olvidar y no recordar, quería dormir pero sin despertar, ¡solo quería una pistola para así decir adiós!